Criminología
La criminología es la ciencia que estudia las
causas del "crimen" y su ente biopsicosocial preconiza los remedios
del comportamiento antisocial del hombre. La criminología es una ciencia
interdisciplinaria que basa sus fundamentos en conocimientos propios de la sociología, psicología y la antropología, tomando
para ello el marco teórico de la medicina y el derecho penal. Las áreas
de investigación criminológicas incluyen la incidencia y las formas de crimen
así como sus causas y consecuencias. También reúnen las reacciones sociales y
las regulaciones gubernamentales respecto al crimen. El nombre de esta ciencia
fue utilizado por primera vez por el antropólogo francés Paul Topinard. En
1885, el profesor italiano de derecho Rafael Garófalo acuñó este
término.
A pesar de ser una ciencia reciente y haber sido cuestionada en cuanto a
su autonomía y su independencia disciplinaria, la criminología moderna
ha alcanzado su identidad científica y social a través de:
- Una diáfana definición de sus dos objetos de estudio (conducta desviada y control social).
- Un manejo coherente e integrador de métodos de estudio provenientes de las ciencias positivas y sociales.
Actualmente, se conocen 4 métodos para conocer qué circunstancias hacen
que una persona cometa un crimen, los cuales son:
entendimiento directo con el delincuente, examen médico, examen psicológico
(datos sobre personalidad) y encuesta social (medio en el que se desarrolla la
persona).
La teoría del Iceberg y
nuestras decisiones
La teoría del Iceberg de Hemingway a lo largo de la historia se ha aplicado a diferentes ámbitos, como al literario, al de recursos humanos, hoy os presentamos esta teoría aplicada al ámbito de la Psicología. La teoría de Hemingway en Psicología viene a decir que sólo atendemos aquello que percibimos a simple vista. El resto pasa inadvertido, comparándolo con un iceberg. Es decir, que hay una parte consciente de la información, pero también otra inconsciente. Ahora lo entenderéis. Imaginaros que viajais en un barco, y a lo lejos avistáis un iceberg, lo miráis, y ¿qué veis? una masa de hielo. Pero también, debajo de ese iceberg se encuentra escondida a la vista otra masa de hielo gigantesca que lo mantiene y da solidez, como podéis comprobar en la imagen. Esto es lo interesante, esa parte invisible a nuestros sentidos. Es decir, cuando miramos la realidad que tenemos delante de nuestros ojos, vemos su superficie, lo visible, según la teoría del iceberg un 20 % del total, ¿y lo restante? eso correspondería con la parte inconsciente, ese 80 % del total. Con esto podemos reflexionar a veces, sobre los entresijos de nuestra mente y todos sus procesos, eso que no vemos.
A modo de ejemplo, pensad en la gran cantidad de veces que nos convencemos con una idea, y nos obcecamos por seguir el camino fácil. Esta opción sería aquella que apoye o favorezca a nuestra idea, ya no intentamos averiguar si estamos confundidos o equivocados, sino al contrario, sólo buscamos y defendemos información que apoye a nuestra hipótesis.
¿Por qué optamos por aquello que primero nos invade, o sea más acorde en ese momento y no intentamos comprobar que aquello a lo que optamos puede ser falso? ¿Por qué la mayoría de las veces no debatimos sobre los costes o beneficios? ¿No será porque tras tomar una decisión repentina salen a luz nuevos interrogantes y problemillas, que no habíamos tenido en cuenta hasta ahora? ¿Y que nosotros, los seres humanos, solemos funcionar con un programa de economía cognitiva, por el cual escogemos aquella información que menos esfuerzo nos provoque y esté relacionada con nuestra forma de ver la vida?
Por ejemplo, creemos que una situación ha sido creada por diferentes cuestiones, es decir, mi amiga me ha dicho tal cosa porque quiere ser como yo, porque me tiene envidia, porque no puede soportar que tenga suerte en la vida… Y en realidad, puede haber sido por otras muchas causas, pero estamos tan convencidos de eso que hemos creado, que ya cualquier comentario que se nos venga a la cabeza lo relacionaremos con nuestra hipótesis. Pensad, que la mayoría de las veces manejamos hipótesis y conclusiones en base a la información que tenemos, que no es ni por asomo la información total que existe. ¡Cautela en nuestras tomas de decisiones! –
criminología
La “criminología” debe ser comprendida como un espacio polivalente de
saberes referidos a la “cuestión criminal”. Siempre que se quiera seguir
empleando este término, debe ser usado en plural. Referirse a la “cuestión
criminal” como el objeto de las “criminologías” y no a la “criminalidad”,
implica separarse de aquellos que piensan lo “criminal” solo como lo que es
definido por tal por el derecho penal en un momento y lugar dados, y al mismo
tiempo de aquellos que piensan lo “criminal” solo como lo que viola normas de
diferentes naturaleza que no son contingentes.
La nueva “ciencia”, desde su aparición, no tuvo limites determinados; porque existieron muchos estudiosos de varias ciencias sociales y naturales que hablaban del objeto “crimen” pero desde variados puntos y versiones, de tal forma que llevaba a pensar que no hacían referencia al mismo punto de estudio. Aunque, en sus inicios, estuvo mas relacionada a la medicina y no tanto a lo jurídico. Todo esto dentro de un marco positivista.
Cabe acotar que, a pesar de ser una ciencia reciente y haber sido cuestionada en cuanto a su autonomía y su interdependencia disciplinaria, la criminología moderna ha alcanzado su identidad científica - social a través de:
una diáfana definición de sus dos objetos de estudio (conducta desviada y control social).
un manejo sólido del método científico.
La nueva “ciencia”, desde su aparición, no tuvo limites determinados; porque existieron muchos estudiosos de varias ciencias sociales y naturales que hablaban del objeto “crimen” pero desde variados puntos y versiones, de tal forma que llevaba a pensar que no hacían referencia al mismo punto de estudio. Aunque, en sus inicios, estuvo mas relacionada a la medicina y no tanto a lo jurídico. Todo esto dentro de un marco positivista.
Cabe acotar que, a pesar de ser una ciencia reciente y haber sido cuestionada en cuanto a su autonomía y su interdependencia disciplinaria, la criminología moderna ha alcanzado su identidad científica - social a través de:
una diáfana definición de sus dos objetos de estudio (conducta desviada y control social).
un manejo sólido del método científico.
El delito
que significa la violación o el desconocimiento de bienes o valores
jurídicamente protegidos, enfocado desde el punto de vista formal que es lo
antijurídico, lo que es contrario a la ley o como se lo explica es la
adecuación de la conducta al tipo penal. Como fenómeno jurídico, social,
natural, no sólo interesa al Derecho Penal sino a varias ciencias, de ahí es
que hablemos de “las ciencias penales”, cada una enfoca al delito, al
delincuente y a la pena desde su ámbito.
Podemos
decir que las ciencias penales son el conjunto de conocimientos relativos al
delito, delincuente, pena o sanción y a los demás medios de defensa contra la
criminalidad. En este conjunto el Derecho Penal es una de esas ciencias que
estudia el problema del delito desde un ángulo puramente jurídico, las demás
disciplinas lo hacen desde diversos puntos de vista. Lo que debe tenerse en
cuenta de modo muy especial es que el delito es un fenómeno social y natural
que se lo estudia con diversos métodos.
Son mucha
las clasificaciones que se hacen de las ciencias penales, Luis Jiménez de Asúa
a quien recurrimos en diversos temas, nos habla de una Enciclopedia de las
Ciencias Penales, pero no concediéndole mucha importancia pasa a darnos una
clasificación de las ciencias penales que las divide en seis principales con
subdivisiones, de acuerdo al siguiente cuadro:
A)
Criminología:
- Antropología
- Psicología
- Biología
- Sociología
B)
Criminalística
- Filosofía
- Historia
- Dogmática
C)
Derecho Penal
- Crítica y reforma (Política Criminal)
D) Derecho
Procesal Penal
E)
Derecho Penitenciario
F)
Ciencias auxiliares
- Estadística
- Medicina Legal
- Psiquiatría Forense
De lo
anteriormente expuesto el Derecho Penal es la disciplina central. Al definir el
delito y conceptualizar al delincuente señalándole una pena, da el basamento de
las otras ciencias, al mismo tiempo que las delimita. Por ello entre las
ciencias penales hay íntimas conexiones y correlaciones.
El
Derecho Penal estudia el delito desde el punto de vista fundamentalmente
jurídico, las otras ciencias lo hacen muchas veces más desde un punto de vista
social, cultural o natural.
La
Sociedad Mexicana de Criminología
La
Sociedad Mexicana de Criminología ha principiado a tener vida abierta a todos
los interesados en las Ciencias Criminológicas, a partir de 1975.
Somos
una Asociación Civil constituida de acuerdo con el Artículo 2670 del Código
Civil para el Distrito Federal; tenemos grupos correspondientes en diversos
Estados de la República.
La
Sociedad se ha establecido para realizar investigaciones en el campo de la
Criminología, publicar dichas investigaciones, dar información general a sus
socios de los avances de la Criminología; intercambiar trabajos y estudios con
criminólogos nacionales y extranjeros; informar al público de los problemas
criminológicos por medio de congresos, conferencias, cursos, etc., y proponer
reformas a las Leyes Penales y a la Política Criminológica Nacional.
La
Sociedad tiene un carácter exclusivamente académico, por lo que se abstiene en
sus asambleas, en reuniones oficiales o en sus publicaciones de tratar asuntos
de política militante o de naturaleza religiosa.
La
Sociedad tiene cinco grupos de socios
Titulares, los cuales son personas con grado académico
superior al de bachillerato y que tienen relación con la Ciencia Criminológica
por su trabajo, intereses o profesión.
Estudiantes, son aquellos que aún no obtienen un título
profesional, pero están estudiando cualquier carrera y les interesa la
Criminología.
Correspondientes, los extranjeros que reúnan los mismos requisitos
que los socios titulares.
Honorarios, son aquellas personas que se han distinguido de
manera sobresaliente en el campo de la investigación, docencia o trabajo
criminológico.
Benefactores, que cooperan económicamente en forma extraordinaria
para el desarrollo de la sociedad
La
Sociedad celebra asambleas y reuniones en las cuales discute sus planes de
trabajo y se intercambian puntos de vista y opiniones entre los miembros.
Para el
mejor desarrollo de sus actividades, la Sociedad está organizada en secciones,
las que se reúnen y funcionan con gran autonomía, realizando
investigaciones y discutiéndolas en sesiones de trabajo.
Las
secciones de que consta la Sociedad son:
- Criminológica-Jurídica.
- Médico-Biológica.
- Penológica y Penitenciaria.
- Psicológica y Psiquiátrica.
- Sociológica y de Trabajo Social.
- Victimológica.
- Criminalística.
- Pedagogía Criminológica.
- Política Criminológica.
Las
actividades preponderantes de la Sociedad han sido:
a) Cursos
de Actualización Criminológica.
b) Cursos
Nacionales e Internacionales de la Especialidad, (en las diversas Universidades
del País).
d)
Congresos Nacionales, a la fecha se han desarrollado 15 en diversos estados de
la República.
2° Periodo.
Concepto de conducta antisocial.
Cualquier acción que viole las
reglas y expectativas sociales o vaya contra los demás, con independencia de su
gravedad.
Ejemplo:
Un niño que vive con sus padres y una hermana. Es un niño muy problemático, agresivo, con mala conducta en casa y en la escuela. En casa discutía con la madre y provocaba a sus hermanos para pelear, les robaba dinero y amenazaba con encenderle fuego a la casa. Su padre y madre trabajaban todo el día y cuando lo veían era solo para regañarlo y pelear.
En el ejemplo vemos un claramente como la ausencia de los padres le afecta a este niño y lo hace tener una conducta antisocial.
Un niño que vive con sus padres y una hermana. Es un niño muy problemático, agresivo, con mala conducta en casa y en la escuela. En casa discutía con la madre y provocaba a sus hermanos para pelear, les robaba dinero y amenazaba con encenderle fuego a la casa. Su padre y madre trabajaban todo el día y cuando lo veían era solo para regañarlo y pelear.
En el ejemplo vemos un claramente como la ausencia de los padres le afecta a este niño y lo hace tener una conducta antisocial.
Clasificación de las conductas antisociales
Clasificación dimensional de la
conducta antisocial:
Conducta externalizada e
internalizada. Específicamente en lo referente a la naturaleza y clasificación
de los desordenes de tipo disruptivo y agresivo, según Loeber, Lahey y Thomas
(1991) es posible que los desacuerdos existentes sobre las categorías de
desordenes de tipo antisocial solo reflejen distintos enfoques del estudio del
problema. La discusión básicamente gira en torno a tres formas en que podemos
conceptualizar la conducta antisocial; la primera plantea la posibilidad de que
los desordenes de conducta y de conducta oposicional sean dos categorías
enteramente distintas y excluyentes; la segunda, que sean expresiones más o
menos severas de la misma etiología y que justamente algunos jóvenes progresen
de conductas menos severas (conducta oposicional) a más severas (desorden de
conducta) con el transcurso del tiempo; y la tercera, que los dos sean
desordenes distintos con etiologías parcialmente relacionadas. Esto ha llevado
a los investigadores y clínicos a cuestionar si la conducta antisocial en los
niños podemos conceptualizarla en términos de una sola o de múltiples
dimensiones. Los estudios realizados desde la perspectiva dimensional han
intentado documentar una o más dimensiones de la conducta disruptiva infantil,
cada una de las cuales considera valores que van desde lo normal hasta lo
anormal y consiste en conductas interrelacionadas. Entonces suponemos que las
conductas varían a lo largo de dichas dimensiones, concuerdan sustancialmente
con la clasificación clínica, estos no arrojan clasificaciones diagnosticas
especificas; más aun, sugieren nomenclaturas distintas para los problemas de
conducta antisocial.
En primer lugar, hemos identificado dos amplias dimensiones conductuales derivadas empíricamente, conocidas como conductas externalizadas o su controlada y conducta internalizada o sobre controlada. La primera incluye conductas infantiles caracterizadas por impulsividad, desafío, agresión, rasgos antisociales, y excesos de actividad; por otra parte la internalizada está caracterizada por el aislamiento, disforia y ansiedad. La separación y validación de problemas externalizados, y su diferencia con los de la dimensión internalizada se han establecido respecto a edad, género, curso, pronóstico, y patrones de interacción familiar. La conducta antisocial está en la dimensión extrernalizada y conforma un patrón caracterizado por problemas de subcontrol conductual que llevan conflictos repetitivos de relación con los miembros del ambiente social. Los problemas externalizados son más estables que los internalizados y, por tanto, tienen un pronóstico más pobre ya que son más resistentes a la mayoría de las formas de intervención.
En primer lugar, hemos identificado dos amplias dimensiones conductuales derivadas empíricamente, conocidas como conductas externalizadas o su controlada y conducta internalizada o sobre controlada. La primera incluye conductas infantiles caracterizadas por impulsividad, desafío, agresión, rasgos antisociales, y excesos de actividad; por otra parte la internalizada está caracterizada por el aislamiento, disforia y ansiedad. La separación y validación de problemas externalizados, y su diferencia con los de la dimensión internalizada se han establecido respecto a edad, género, curso, pronóstico, y patrones de interacción familiar. La conducta antisocial está en la dimensión extrernalizada y conforma un patrón caracterizado por problemas de subcontrol conductual que llevan conflictos repetitivos de relación con los miembros del ambiente social. Los problemas externalizados son más estables que los internalizados y, por tanto, tienen un pronóstico más pobre ya que son más resistentes a la mayoría de las formas de intervención.
Al analizar las clasificaciones
clínicas y empíricas de desorden de conducta y conducta externalizada, algunos
autores sugieren dos dimensiones adicionales de la conducta antisocial. La
primera, socializado-no socializado, considera un continuo que se va desde los
individuos que muestran vinculados sociales hacia otras personas (socializado)
hasta sujetos que tienen dificultad para establecer empatía o efecto hacia
otros (no socializados). La segunda dimensión agresivo-no agresivo incluye en
uno de sus polos comportamientos como vagar, mentir, robar y abuso de
sustancias, las cuales no son violentos ni implican confrontación con otras
personas (no agresivos) y, en contraposición, en el otro polo están las
conductas que violan directamente los derechos de otros, como la violencia
física y los daños a la propiedad (agresivo). Loeber y Schmaling y Patterson
aluden a estos comportamientos como conducta antisocial encubierta, presente en
el extremo no agresivo de la dimensión, y conducta antisocial manifiesta, que
se encuentra en el polo agresivo de la dimensión. Esta ultima corresponde, por
su naturaleza disruptiva y agresiva, a la dimensión externalizada descrita
anteriormente.
Achenbach y sus colaboradores, en
una amplia investigación con muestras de de 8 964 niños estadounidenses y
daneses de seis a 16 años, remitidos clínicamente, realizaron un análisis
factorial de tres escalas de verificación de conducta infantil y encontraron
dos factores de síntomas de problemas de conducta. El primero lo denominaron
agresivo y comprendía los comportamientos incluidos en la categoría de desorden
oposicional desafiante mas “fanfarronear”, peleas y un factor de delincuencia
compuesto de conductas encubiertas, como robar, vandalismo, consumo de
sustancias y compañías delincuentes. Frick y sus colaboradores obtuvieron
resultados similares mediante entrevistas estructurales de niños remitidos para
intervención clínica; sin embargo, el estudio de análisis factorial de Lindgren
y sus colaboradores con 1 285 niños de primaria arrojo un factor adicional, el
factor oposicional, además de los de agresividad y delincuencia.
Durante algún tiempo, la mayoría
de los investigadores utilizaron las dimensiones encubierta o no agresiva y
manifiesta o agresiva para identificar las diversas conductas antisociales y
sus variaciones. Frick y sus colaboradores, en un estudio meta-analítico de 60
estudios de análisis factorial de problemas de conductas infantil señala que la
covariación entre estas conductas pueden conceptualizarse mejor en términos de
dos dimensiones ortogonales, una de las cuales es la dimensión clásica encubierta-manifiesta
y la segunda surge a partir de su estudio denominada destructivo-no
destructivo. Los autores demostraron que todas las conductas manifiestas
(incluida la agresión física) covariaban en el polo manifiesto y todas las
conductas encubiertas covariaban en el polo encubierto. Pero al utilizar
la segunda dimensión, la distinción encubierta-manifiesta se modificaba y
agrupaba conductas descritas como “destructivas” (daño a propiedad o a otras
personas) en un polo y “menos destructivas” hacia otros en el polo puesto.
Cuando analizamos los patrones de conducta de esta forma, encontramos una
correspondencia con las descripciones clínicas de desorden de conducta
(conducta antisocial encubierta con o sin destructividad; conducta antisocial
manifiesta pero solo de naturaleza destructiva) y conducta oposicional
(conducta manifiesta no destructiva). Por tanto, los cuadrantes creados por la
intersección de estas dimensiones bipolares podían corresponder a las
distinciones realizadas entre conductas que violan las reglas según los
sistemas legales y las conceptualizaciones clínicas de conducta oposicional,
agresión, violación a la propiedad y ofensas de estatus. A pesar de estas
correspondencias, los datos indican diferencias respecto a los patrones de
edad, severidad y grado de desviación con que se presentan estas conductas y
los índices clínicos tradicionales.
EL TRASTORNO PARANOIDE DE LA PERSONALIDAD
Las personas con este problema son enormemente
desconfiadas, siempre piensan que los demás, incluyendo seres queridos (que
cada vez son menos porque huyen despavoridos), están en su contra. Esto implica
que interpreten injustificadamente ofensas, burlas, menosprecios,
infidelidades, etc.: ante la duda sobre una intención ajena, un paranoide
escogerá la opción más desfavorable, es decir, aquella que suponga un ataque
del otro. Por ejemplo, si se le dice a una persona con este problema que lleva
una camisa muy bonita, dicha persona podrá interpretar que el otro está
burlándose y que en el fondo piensa que es horrorosa. Obviamente, ni el
paranoide más recalcitrante lo malinterpreta todo, pero en el momento más
insospechado (el entorno suele estar en tensión con estas personas porque nunca
saben cuándo se va a encender la chispa), sobre todo si el estado de ánimo del
sujeto es negativo, se producirá un hecho desagradable por el que el individuo
saltará y su interlocutor intentará, infructuosamente, demostrar su inocencia.
Como ya hemos dicho, estas personas se van quedando
solas porque los demás no soportan sus continuos reproches y su hostilidad. Su
desconfianza se hace muy palpable en el terreno de las relaciones de pareja,
donde destacan sus celos injustificados y completamente enfermizos. Un
paranoide puede acusar a su mujer de que va a cometer una infidelidad simplemente
por ponerse colonia para salir a la calle.
Estos individuos viven en un estado de amargura y
frustración constantes, del que culpan a los demás por sus continuas agresiones
-siempre según su distorsionado punto de vista-. A medida que se sienten más
solos, más hostiles y huraños se tornan, con lo que se produce un círculo
vicioso por el que todavía reprochan más a los otros su situación y, en
consecuencia, los demás se alejan en mayor medida. No sólo los paranoides están
frustrados afectivamente -sobre todo, por ser ellos tan hostiles y espantar a
los demás-, sino que también sienten rabia porque les gustaría destacar,
despuntar mucho por encima de la gente. Esto es debido a un proceso de desapego
o desvinculación afectiva fruto de sentir a los demás como enemigos: dicho de
otra forma, sería como pensar que ellos no necesitan a nadie porque valen mucho
más, y que además se van a vengar de los otros por haberles perjudicado tanto.
A continuación, reproducimos literalmente los
criterios diagnósticos de la clasificación DSM-IV-TR sobre el trastorno
paranoide de la personalidad:
A.
Desconfianza y suspicacia general desde el inicio de la edad adulta, de forma
que las intenciones de los demás son interpretadas como maliciosas, que
aparecen en diversos contextos, como lo indican cuatro (o más) de los
siguientes puntos:
(1) sospechan, sin base
suficiente, que los demás se van a aprovechar de ellos, les van a hacer daño o
les van a engañar
(2) preocupación por dudas no
justificadas acerca de la lealtad o la fidelidad de los amigos y socios
(3) reticencia a confiar en los
demás por temor injustificado a que la información que compartan vaya a ser
utilizada en su contra
(4) en las observaciones o los
hechos más inocentes vislumbra significados ocultos que son degradantes o
amenazadores
(5) alberga rencores durante mucho
tiempo, por ejemplo, no olvida los insultos, injurias o desprecios
(6) percibe ataques a su persona o
a su reputación que no son aparentes para los demás y está predispuesto a
reaccionar con ira o a contraatacar
(7) sospecha repetida e
injustificadamente que su cónyuge o su pareja le es infiel
B. Estas
características no aparecen exclusivamente en el transcurso de una
esquizofrenia, un trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos u otro
trastorno psicótico y no son debidas a los efectos fisiológicos directos de una
enfermedad médica.
CLASIFICACIÓN DE DELINCUENTES
La clasificación de los
delincuentes de Ferri se ha hecho clásica, y en realidad fue la adoptada por la
Escuela Positiva. Se consideran cinco especies de delincuentes: nato, loco,
habitual, ocasional y pasional, aunque aclarando que se entiende siempre una
prevalecencia (y no una exclusividad) de ciertas características.
El delincuente nato
es aquel que tiene una
carga congénita y orgánica que es la razón de su delito, lo que hace la
prognosis alta- mente desfavorable. Es a causa del atavismo; Fenómeno de
herencia discontinua que se manifiesta por la reaparición de los caracteres de
antepasados remotos y no inmediatos. Se debe a una casual recombinación de
genes o a condiciones ambientales excepcionalmente favorables para su expresión
en el embrión. En Ferri el atavismo y la tendencia a la criminalidad son
factores que determinan a un individuo como delincuente.
El delincuente loco
o alienado (pazzo) es el
que padece una grave anomalía psíquica. a causa del atavismo; Fenómeno de
herencia discontinua que se manifiesta por la reaparición de los caracteres de
antepasados remotos y no inmediatos. Se debe a una casual recombinación de
genes o a condiciones ambientales excepcionalmente favorables para su expresión
en el embrión. En Ferri el atavismo y la tendencia a la criminalidad son
factores que determinan a un individuo como delincuente
El delincuente habitual
Es aquel cuya tendencia a
delinquir es adquirida, aunque tengan base orgánica, ya que "no se
adquieren hábitos que no estén conformes al propio ser". Por falta de
restricciones (Pinatel). Hace del delito su forma de vida basándose en habilidad
y fuerza, por ejemplo el carterista. Este tipo de criminalidad ya va contra la
Escuela Clásica. Ferri y Cesare Lombroso ya estudian al delincuente. La
Criminología actual hace eso, estudiar al delincuente, las causas del delito,
etc., esto hace para fundamentar la profilaxis criminal o la Política Criminal.
El delincuente ocasional
Es el que cede ante la
oportunidad de delinquir, es el medio el que lo arrastra, y su base orgánica es
pequeña. Ve la ocasión para delinquir en que no hay nadie que lo detenga o lo
restrinja. Dentro esta esfera está quien comete un accidente de tránsito con
muerte (homicidio involuntario).
El delincuente pasional
es una variedad del
ocasional, pero presenta características que lo hace típico, principalmente la
facilidad con que se enciende y explota en su parte sentimental. La principal
crítica a esta clasificación es que se funda sobre di- versos criterios, y no
sobre una base igual. Ferri respondió en el sentido de que se trata de una
clasificación de tipo práctico, los tipos no se confunden entre sí y se pueden
tomar medidas específicas para cada categoría.
Qué es Tolerancia:
Tolerancia se refiere a la acción y
efecto de tolerar. Como tal, la tolerancia se basa en el respeto hacia lo otro o lo que es
diferente de lo propio, y puede manifestarse como un acto de indulgencia ante
algo que no se quiere o no se puede impedir, o como el hecho de soportar o
aguantar a alguien o algo. La palabra proviene del latín tolerantĭa,
que significa ‘cualidad de quien puede aguantar, soportar o aceptar’.
La
tolerancia es un valor moral que implica el respeto íntegro hacia el otro,
hacia sus ideas, prácticas o creencias, independientemente de que choquen o
sean diferentes de las nuestras.
En este
sentido, la tolerancia es también el reconocimiento de las
diferencias inherentes a la naturaleza humana, a la diversidad de las
culturas, las religiones o las maneras de ser o de actuar.
Por ello,
la tolerancia es una actitud fundamental para la vida en sociedad. Una persona
tolerante puede aceptar opiniones o comportamientos diferentes a los
establecidos por su entorno social o por sus principios morales. Este tipo de
tolerancia se llama tolerancia social.
Por su
parte, la tolerancia hacia quienes profesan de manera pública creencias o
religiones distintas a la nuestra, o a la establecida oficialmente, se conoce
como tolerancia de culto, y está estipulada como tal por la ley.
El 16 de
noviembre fue instituido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como
el Día Internacional de la Tolerancia. Esta es una de las muchas medidas
de la ONU en la lucha contra la intolerancia y la no aceptación de la
diversidad cultural.
Ubicación de la Criminología como Ciencia
Ahora bien, cuando la investigación
está referida a la específica conducta humana que produce un daño individual o
social, de cierta magnitud (delito) puede proyectarse en tres ángulos
diferentes, correspondientes a los tres tipos de ciencias antes citadas. Así:
cuando se estudia el delito en sus causas endógenas y exógenas, y en su
desarrollo, se tiene la Criminología; cuando se estudia el modelo de
comportamiento ilícito descrito por el legislador en los tipos penales, tenemos
el Derecho Penal; y, cuando se indagan las circunstancias personales,
instrumentales y temporo-espaciales en que se realizó el hecho delictivo, a fin
de identificar, perseguir y capturar a su autor, se tiene la Criminalística. En
consecuencia, la Criminología es una ciencia causal explicativa, ubicada, por
ello, en la esfera de las ciencias del “ser”; ubicación distinta a la del
Derecho Penal, que por ser una ciencia normativa, pertenece a la esfera de las
ciencias del “deber ser”.
- Relaciones de la Criminología con otras Disciplinas
Existe un conjunto de ciencias,
autónomas unas; auxiliares o accesorias otras, que, total o parcialmente, con
fines teóricos o prácticos, se ocupan de temas o problemas referentes al
delito, al delincuente, a la pena o al procedimiento penal. A este conjunto, al
cual pertenece la Criminología, se lo conoce en la doctrina con el nombre
genérico de “Ciencias Penales” o “Ciencias Criminales”.
Es obvio entonces que, por la comunidad
del objeto material de estudio, exista entre ellas relaciones manifiestas, que
los estudiosos de esas temáticas han tratado de mostrar esquemáticamente en lo
que se ha dado en llamar el “Cuadro de las Ciencias Penales” o el “Cuadro de
las Ciencias Criminales”, de los cuales se muestra un modelo en la página
anterior.